Burnout

Síndrome de agotamiento profesional o Burnout

    Síndrome de agotamiento profesional o Burnout, cuando la dedicación profesional se convierte en algo excesivo

    El burnout, identificado inicialmente entre los trabajadores de la salud y los cuidadores, puede afectar a todas las profesiones que requieren un intenso compromiso personal. Las medidas preventivas deben evitar que empeore la salud de las personas que ya corren riesgo de sufrir burnout y, al mismo tiempo, prevenir la aparición de otros casos.

    El síndrome de burnout es un conjunto de reacciones ante situaciones de estrés laboral crónico en las que predomina la dimensión de compromiso. Se caracteriza por sus 3 dimensiones:

    Agotamiento emocional: sentirse agotado de recursos emocionales,

    Indice del Artículo

    despersonalización o cinismo: insensibilidad al mundo circundante, deshumanización de la relación con los demás (los usuarios, clientes o pacientes se convierten en objetos), visión negativa de los demás y del trabajo, el sentimiento de no realización personal en el trabajo: sensación de no poder responder correctamente a las expectativas de los que te rodean, depreciación de los propios resultados, sensación de despilfarro…

     Muchas profesiones requieren un alto nivel de inversión personal y emocional. Los empleados de estas profesiones pueden correr el riesgo de estar quemados cuando sienten que hay un desfase demasiado grande entre sus expectativas, la representación que tienen de su profesión (basada en valores y normas) y la realidad del trabajo. Esta situación, que les agota y agota «emocionalmente», les lleva a cuestionar su inversión inicial.

    Ejemplos de exposición al riesgo

    La exposición al riesgo de burnout puede afectar a las profesiones de asistencia, cuidados, enseñanza, etc., profesiones en las que la relación con los demás está en el centro de la actividad y constituye una apuesta, a veces vital, para los beneficiarios de esta relación (usuarios, pacientes, clientes, etc.).

    Sin embargo, el burnout también puede afectar a otros sectores de actividad susceptibles de movilizar y comprometer a las personas con valores profesionales muy fuertes.

    Caso de una enfermera de hospital

    «Elegí mi profesión de enfermera, la quería… Pero hoy tengo la impresión de estar agotada. Tengo que ir de una cama a otra. Siento que nunca tengo tiempo para hacer bien mi trabajo. Ya no soporto las quejas y ansiedades de los pacientes. Me digo a mí misma que ser enfermera no es tan gratificante.

    Esta enfermera ya no sabe a qué atenerse. Duda de sí misma: ¿por qué ella, que solía estar tan volcada en su trabajo, ya no cree en su profesión?

    Las limitaciones particulares de su trabajo como cuidadora y ayudante, que no se compensan con «otra cosa», han hecho mella en su inversión inicial. El estrés de la profesión se convierte en algo demasiado difícil de soportar y desarrolla un síndrome de agotamiento.

    Factores de riesgo

    Dado que el burnout es una consecuencia del estrés en el trabajo, los factores de estrés se encuentran entre las causas del burnout. Varios estudios han destacado específicamente el papel de los siguientes factores:

    • Sobrecarga de trabajo, presión de tiempo,
    • Poco control sobre el propio trabajo,
    • Recompensas bajas,
    • Falta de equidad,
    • Conflictos de valores, demandas conflictivas,
    • Falta de claridad en los objetivos, en los medios.

     El efecto de estos factores de riesgo puede combinarse, en el caso de algunas profesiones de ayuda (enfermeras, médicos, trabajadores sociales, profesores,…), con la carga emocional inherente a estas profesiones.

    Accidentes y efectos sobre la salud

    Las manifestaciones del burnout, más o menos agudas, pueden ser:

    • emocional (sensación de vacío, impotencia, pérdida de confianza en sí mismo, irritabilidad, pesimismo, actitud «burocrática», etc.),
    • cognitivo (dificultad para concentrarse, indecisión, dificultad para realizar operaciones sencillas, alteración de la calidad del trabajo, etc.)
    • físicas (fatiga general, dolores de cabeza, de espalda, tensión muscular, trastornos del sueño, etc.)
    • interpersonales y de comportamiento (retraimiento, aislamiento, agresividad, impulsividad, disminución de la empatía, comportamiento adictivo, etc.)
    • motivacionales y actitudinales (actitud negativa hacia el trabajo y los demás, desinterés, etc.)

    La sintomatología del burnout es, de hecho, bastante compleja, poco específica y puede evolucionar hacia la depresión o la ansiedad.

    Prevención

    Para prevenir la aparición del burnout, se recomienda que la organización del trabajo y las obligaciones que genera no sobrecarguen a los empleados ni los pongan en contradicción con las normas y los valores de su profesión.

    También es importante permitir el trabajo en equipo y fomentar el apoyo social. De manera más general, se recomienda aplicar un enfoque de prevención colectiva de los RPS (véase Riesgos psicosociales).

    Identificar las situaciones de burnout

    A nivel individual, el empresario, el directivo, los responsables de la prevención en la empresa y el servicio de salud laboral deben estar atentos a una serie de señales que pueden sugerir que un empleado se encuentra en una situación de burnout:

    • ¿Se queja el empleado de falta de energía para hacer su trabajo?
    • ¿Se queja el empleado de falta de energía para realizar su trabajo? ¿Informa de problemas de concentración, falta de disponibilidad mental en el trabajo?
    • ¿Se irritan fácilmente?
    • ¿Desvaloriza el trabajo que realiza, su propia eficiencia y sus habilidades?
    • ¿Muestra signos de desinversión profesional?

     Un cambio de actitud del empleado, un retraimiento, una desvinculación inusual son señales que deben alertar al entorno profesional.

     A nivel colectivo, se pueden examinar los indicadores para detectar los riesgos psicosociales.

    El burnout también puede identificarse mediante cuestionarios.

    Aplicación de medidas colectivas de prevención

    Hay que buscar y aplicar medidas preventivas adecuadas. Su objetivo es reducir las exigencias de trabajo de los empleados y aumentar los recursos de que disponen.

    Ejemplos de medidas colectivas de prevención del burnout

    • Garantizar que determinados puestos de trabajo o empleados no estén sobrecargados,
    • Fomentar el apoyo social y evitar el aislamiento: crear grupos de intercambio de prácticas profesionales, reforzar el trabajo en equipo (tiempo reservado para los cambios de turno, espacios para compartir experiencias e intercambios),
    • Mejorar la retroalimentación sobre la eficiencia del trabajo, el reconocimiento del trabajo realizado,
    • Esté atento al trato justo de los empleados,
    • Evitar los conflictos éticos en torno a la calidad del trabajo, compartiendo objetivos y formas de alcanzarlos.

    Atención a las personas con burnout

    Cuando una o varias personas sufren de burnout, la dirección puede ofrecerles una reunión para hablar de sus dificultades.

    Hay que buscar las razones de su estado en relación con el trabajo. Al mismo tiempo, pueden ponerse en contacto con el médico del trabajo.

    El médico del trabajo valorará la necesidad de derivación a la atención especializada y evaluará la conveniencia de modificar el puesto de trabajo o redefinir los objetivos y recursos de los que dispone.

    El servicio de salud laboral también puede ayudar a la empresa a identificar los factores de riesgo laboral asociados a los casos de burnout que se le presentan.

    Vídeo ¿Cómo superar el Burnout?

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